Biografía de Manolo Gómez
”La Fascinación por la ciencia y la tecnología, anido muy pronto en mi casa por la adquisición que hizo mi padre de los coleccionables de la enciclopedia TECNIRAMA (1964), la calidad de las ilustraciones y el uso de un lenguaje muy didáctico y sencillo me sedujo y pude conocer algunas de las respuestas a como se hacía o cómo funcionaba, desde una central hidroeléctrica a como se construía la imagen en un tubo de rayos catódicos”.
EL MUNDO DE MI INFANCIA
El cine España, la máquina del tiempo,
Quizá porque de pequeño tuve estrabismo y fui de esos niños que llevaron gafas y un parche en el ojo derecho, donde lo normal era que me llamasen capitán cuatro ojos, capitán de los Piojos, con ese recuerdo me pareció de justicia crear a Cebolo, como protagonista de mi tercera película de animación “Espíritu del Bosque”, Cebolo es un topo miope con gafas, un ser de apariencia cobardica y que acaba convertido en héroe a su pesar cuando la situación se pone critica en su hábitat, seguramente algunos de vosotros tenéis vivencias similares y sabéis de lo que hablo, en mi caso no me genero un trauma, no me cambio el carácter, pero por un error médico tuve el parche demasiado tiempo y eso provoco un ojo vago, ironías yo que nunca e parado de estar activo, vamos que soy todo lo contrario a un vago, tengo uno de mis órganos preferidos, en estado de pereza, que no acaba de desarrollarse.
LA CALLE UN ESPACIO DE CREACIÓN Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Nuestro barrio de la Falperra (a Coruña) no tenía un latido político, era un barrio nuevo, lleno de familias de otras poblaciones, o de otras zonas de Coruña, a principios de la década de los sesenta del anterior siglo, todo cobraba vida, la supervivencia de gran parte de las familias era un espacio de creación, una aventura, donde el crédito te lo daban las tiendas del barrio, donde cada día había que inventar alguna solución a los múltiples obstáculos, de salud, de trabajo o con los que mandaban (con el autoritarismo de los curas, la policía, los comisarios políticos, los cómplices del régimen, etc.), muchas de esas familias sobrevivían con la actividad basada en un oficio, que aportaba bienes y servicios a sus vecinos, fábrica de gaseosas de la familia Chousa, con la marca en cooperativa “Obelisco”, expandía su territorio hasta 40 kilómetros a la redonda, llegando con sus gaseosas y sifones al medio rural.
Un paisaje cotidiano, para cada una de las familias para cada uno de nosotros, siempre alerta siempre curiosos vivíamos aventuras, como si el mundo se acabara cada día, y volviera a nacer al día siguiente, que tenía un reloj que marca las horas “Manolito la comida”, “Manolito la merienda”, “Manolito la cena”, gritos de nuestras madres llamándonos por las ventanas de los pisos, en edificios en la que la mayoría éramos inquilinos… bueno vaya UD a saber.
- Infancia, dibujando personajes animados, el pájaro loco, Donald, Daisy, etc.
Desde que a los 5/6 años con mi amigo Milocho, no parábamos de inventar, nos mandábamos mensajes escritos con zumo de limón, que al estar en contacto con calor se hacían visibles, Nos comunicábamos con pequeñas cajitas unidas con un hilo, o decidimos crear un espectáculo de marionetas y así hacer amigos y de paso estar entretenidos creando personajes, escenarios e historias, ese era el orden que nos motivaba, nadie de nuestro entorno entendía de la materia ni nos aconsejaba, todo fruto de mentes calenturientas con ganas de romper la rutina diaria de una España cutre en Blanco y negro de aquellos inicios de los 60.
Desde los 9 años, para cumplir 10, en los sótanos del Teatro Cine Rosalia Castro.
Esa dedicación desde niño a dibujar, no pasó desapercibida para mi tio Pepe Santos y me pregunto si me gustaría aprender a pintar, el tenía un buen amigo, pintor e interiorista Tino Rodriguez que entre sus múltiples facetas era el encargado de hacer las enormes carteleras del Teatro Cine Rosalía de Castro.
Con 11 años los estudios de electrónica me introdujeron el universo de la tecnología. Alternando los veranos, como pintor de brocha gorda y ayudando a montar autorradios en los coches.
Con 13 años, tuve que ponerme a trabajar y pasar los estudios de electrónica a nocturno, mi primer trabajo fue en el estudio de arquitectura con la mejor persona y el mejor jefe que uno puede desear El Arquitecto Carlos Fernández Gago, a base de años de practicar fui primero calcador luego delineante y finalmente delineante proyectista, nunca me sedujo la Arquitectura, con la excepción de cuando teníamos un proyecto de rehabilitación de algún monasterio, Iglesia, casco monumental (Betanzos, Ribadavia). Pero si me ayudo a tener sentido del espacio, el interiorismo y las 3 dimensiones.
Con 14 años en Artes y Oficios donde dio clase el Padre de Picasso y el descubrimiento de Escudero (escultor) como profesor y artista y posteriormente con dieciseis años las pinturas en las paredes de la casa del Pescador en Malpica de Urbano Lugris y su hermoso universo surrealista.
Con 16 años viajo en Autostop a Madrid, conozco el museo de arte contemporáneo, La obra de Equipo Crónica.
VIAJES A OTROS PAISES
Con 18 años.
Viajo a Paris.
Los viajes a otras ciudades otros países, otras costumbres, cocinas, experiencias, modernidad, democracia, libertad, todo aquello que carecíamos hasta muy avanzado los setenta…
El resto se cuenta en el apartado emprendedor.
CANCER
En 2002 febrero.
Tras recoger el Goya a mejor película de animación por “El Bosque Animado “ acompañado de mi actual pareja Cristina González y tras un subidón de autoestima por los logros alcanzados, ingreso en el hospital coruñés con obstrucción intestinal, dos cirugías, un coma inducido y muy mal pronóstico sobre el futuro inmediato, cáncer de colon, tras la situación de bloqueo, cae milagrosamente en mis manos el libro de Inteligencia Emocional (Daniel Goleman) y tras su lectura, empecé a cuestionar mis creencias sobre que el carácter y la forma en la que te tomas los acontecimientos es algo que forma parte de nuestra identidad, de ese nuevo planteamiento nace la reflexión sobre cómo y de qué manera puedo ver la vida y cómo afrontarla.
Conclusión tras 22 años transcurridos y en plena quimioterapia por mi tercer cáncer (2002 colon, 2014, pulmón y 2018,hígado), me encuentro en plenas facultades nunca me sentí un enfermo y desarrollo una vida laboral y creativa plena, tengo claro que la ciencia y la medicina son la parte sustancial de mi estado saludable, pero cada vez hay más evidencias de que nuestro estado de ánimo juega un papel a veces decisivo, y si estás rodeado de gente que te quiere, infinitamente mejor (homenaje a mis hijos/hijas y mi compañera del alma Cristina González).